A saber...
cuántos ortos
habrán de florecer
en el horizonte,
cuántos ocasos
deberán sucumbir
en favor de la noche,
cuántas lunas
convendrán en desterrar
la lúgubre oscuridad.
A saber...
cuántas vidas
habrás de consumir,
cuántas veces
tendrás que morir,
y nacer de nuevo,
cuántas... hasta concluir
que es en su cauce sereno
donde hallarás sosiego,
que sólo en su hialino venero
aplacarás la sed
y sumirás tus miedos.
Que dormitarás en calma,
en tanto ella apetece
roturar la coraza
que oprime tu pecho,
tu atavío rojo grana,
el barniz funesto
con que has lacado
tu azorada alma.
A saber...
© María José Rubiera
© María José Rubiera