Como la voz del almuédano
que al fiel a oración convoca
elevando al viento su lamento.
Como canto de sirena
que al nauta seduce y aliena
y al piélago su vida le ofrenda.
Como resaca que retrocede y avanza
y voraz engulle la arena
y con chantilly decora la playa.
Como el señor de las mareas
que va y viene y se apropia la perla
y la nacarada bivalva desdeña.
Como el estanque dorado
donde las carpas bucean
y los nenúfares se reflejan.
Así eres tú, mi amado.
© María José Rubiera
que al fiel a oración convoca
elevando al viento su lamento.
Como canto de sirena
que al nauta seduce y aliena
y al piélago su vida le ofrenda.
Como resaca que retrocede y avanza
y voraz engulle la arena
y con chantilly decora la playa.
Como el señor de las mareas
que va y viene y se apropia la perla
y la nacarada bivalva desdeña.
Como el estanque dorado
donde las carpas bucean
y los nenúfares se reflejan.
Así eres tú, mi amado.
© María José Rubiera