No te vayas, mi amado…
Si bien exhibe su rostro de nácar
la hermética y noctámbula dama,
si bien de la bóveda celeste penden
racimos de argentados luceros,
la noche no ha hecho sino dar comienzo.
No te vayas…, aún no,
no quiero quedarme a solas
con la impía oscuridad,
con los tentáculos del miedo
adhiriéndoseme al alma,
con las sombras espectrales, alargadas
que por doquier se exteriorizan
y me hieren cuales filosas espadas.
No te vayas... Aún no, vida mía,
aguarda hasta que los heraldos celestes
proclamen el advenimiento del día,
hasta que retorne el alba,
hasta que la rosada aurora
anuncie la madrugada.
© María José Rubiera
© María José Rubiera
5 comentarios:
Precioso poema de amor, pasión y nostalgia. No te vayas quédate siempre con tu poesía entre nosotros.
Un beso.
Bella poesía, cuando hay tanto amor la muerte no les separa.
Me has emocionado.
Un fuerte abrazo querida amiga alma
Bello poema, encierra el pedido maravillosos de amanecer juntos
Un abrazo
Que apasionado poema, con amor y fuerza, felicidades María José, es precioso....María José, no puedo visitaros de lunes a viernes, solo puedo hacerlo los sábados y domingos, hasta pasado abril será así....Te mando un fuerte abrazo...
Mucho amor por parte de ella esperando esa luna de (miel) de madrugada donde los sentidos se duermen entra las (mieles) del amor de los cuerpos desnudos.
besos Maria Jose por tanta belleza a tus versos... al amor que yo ahora añoro.
besossssssssssssssssssss
Marina
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